martes, 7 de agosto de 2018

Te oigo y te veo, y no lo sabes

Hace cosa de una hora he hecho una fotografía de una crema facial que me quería comprar (luego no hay quien se acuerde de los nombres). Es de una marca muy poco conocida, canadiense. (…) Total que me olvido y al rato abro mi Instagram y, ¿sabéis con qué me encuentro?. Una publi de ese mismo tarro que acababa de fotografiar. Antes no la busqué por Google ni Twitter o Instagram”. Esta introducción forma parte de un hilo de Twitter compartido por barbijaputa y la periodista y escritora Carme Chaparro.

Esto que a algunos les parece magia también ocurre con las conversaciones de wasap. Supuestamente están encriptadas pero cada vez es más habitual que se chatee de algún producto e, inmediatamente después, aparezca una publicidad suya en la cuenta de alguna de nuestras redes sociales.

Pero en este caso, lo que me sorprende es a quién sorprende. Estoy hablando de toda una @barbijaputa, la tuitera con 298K de seguidores y columnista de eldiario.es, y de una @CarmeChaparro, periodista (presentadora y editora de informativos de televisión) y escritora, reciente premio Primavera por la obra ‘No soy un monstruo’, que esta misma mañana compartían un hilo en el que se hacían cruces, como si de magia se tratara, acerca de cómo les aparecían publicidades de productos por los que se habían interesado de viva voz, a los que habían hecho una foto o sobre los que habían comentado con sus amigos por wasap.

Su extrañeza se fundamentaba en que no los habían buscado previamente a través de Google o en las redes sociales. Y a mí, después de tantas pelis, tanta serie y tanta literatura (incluida la periodística) al respecto, lo que me asombra es su asombro, su ingenuidad. Esta gente tan experimentada en el mundo digital y tan bien informada ¿no está al cabo de la calle de las condiciones que aprueban al aceptar instalar muchas de las aplicaciones que tienen sus móviles?

Y no estoy hablando de aplicaciones raras o desaconsejables. Según un estudio de Kaspersky Lab, el 83% de las apps que llevamos en nuestros móviles tiene acceso a datos sensibles (contactos, llamadas, mensajes, calendario, cámara, micrófono, acceso a la memoria, ubicación e, incluso, controlan el apagado o encendido del móvil o el acceso a los datos de la wifi).

Kaspersky hizo una prueba consistente en descargarse las 66 aplicaciones más populares entre los usuarios de Android. El resultado es que 54 de ellas funcionaban por sí solas, sin necesidad de que el usuario las abriese.

1984’, la novela de George Orwell, fue publicada en 1949. A pesar de los años transcurridos y de la reiteración del mensaje de la presencia de un Gran Hermano, con series como ‘Black Mirror’, películas de género distópico y reallity shows donde se muestra la vida de un grupo de personas durante las 24 horas del día, hay quien se sigue asombrando de hasta dónde llegan los tentáculos de la gran red.

Nuestros dispositivos móviles nos espían. Nos escuchan, nos ven, tienen acceso a nuestros chats, a nuestras citas del calendario, a los números de teléfono de nuestros amigos, familiares y clientes, saben dónde estamos, dónde vamos y dónde fuimos. A pesar de ello, ¿estás dispuesto a prescindir de ellos?