lunes, 11 de enero de 2016

Mecánica cuántica en el Oktoberfest

Últimamente he tenido la oportunidad de disfrutar de dos películas, “Interstellar” y “Coherence”, recomendadas por mi hijo. Ambas, con contenidos que desde mi punto de vista resultan apasionantes, son dos claros representantes del género ciencia-ficción en su versión “comecocos” (por el efecto mental que logran sobre quién las visiona).

Las dos desarrollan teorías físicas tratadas por el séptimo arte y la literatura hasta la saciedad. En el primer caso, “Interstellar”, la trama va sobre los agujeros negros o, lo que es lo mismo, la existencia de los agujeros de gusano y la curvatura espacio/temporal que teóricamente dan lugar a la posibilidad de viajar en el tiempo, enunciados que han formado parte de los trabajos de Einstein y Stephen Hawking, entre otros.

“Coherence”, por su parte, es una historia que relata las consecuencias del paso de un cometa para un grupo de amigos residentes en Finlandia. Una excusa para hablar de universos paralelos y de saltos cuánticos en los que distintos tipos de realidades interactúan entre sí. El director la rodó en su propia casa, con interpretaciones casi improvisadas.

En ambas aparece el principio de simultaneidad dimensional, donde se establece que dos o más objetos físicos, realidades, percepciones y objetos no físicos pueden coexistir en el mismo espacio-tiempo, y la existencia de agujeros negros como entrada a universos paralelos.

En “Coherence” se habla expresamente del experimento del “Gato de Schrödinger” (por el físico austriaco Erwin Schrödinger). Un supuesto formado por una caja cerrada que contiene un gato, una botella de gas venenoso y un dispositivo, el cual contiene una partícula radiactiva con una probabilidad del 50% de desintegrarse en un tiempo dado, de manera que si la partícula se desintegra, el veneno se libera y el gato muere.

Al terminar el tiempo establecido, hay una probabilidad del 50% de que el dispositivo se haya activado y el gato esté muerto, y la misma probabilidad de que el dispositivo no se haya activado y el gato permanezca vivo. Según los principios de la mecánica cuántica, la descripción correcta del sistema en ese momento será el resultado de la superposición de los estados «vivo» y «muerto»

En eso se basa la peli, en la interpretación de los «muchos mundos», formulada por Hugh Everett (el físico estadounidense que propuso por primera vez los universos paralelos en la física cuántica) en 1957, el gato está vivo y muerto a la vez pero en ramas diferentes del universo: ambas son reales, pero incapaces de interactuar entre sí.

Y ahora les diré para qué me sirve intentar comprender estas teorías científicas y para qué les puede servir a ustedes. Pues para entender por qué los OktoberFest, la fiesta de la cerveza alemana que, como bien dice su nombre, se celebra en el mes de octubre, aquí en España la emulamos en los meses más insospechados (marzo en Alcobendas o abril en Alcorcón). ¿Un agujero negro?, ¿un pliegue espacio temporal? La respuesta es pura mecánica cuántica.

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