Hace unos meses leí que Carlos Sobera, el presentador de
televisión, había comprado un teatro en Madrid. Más tarde confirmé que era
cierto; el Reina Victoria, nada más y nada menos. Creo recordar que le había
costado siete millones de euros. Y, claro, uno piensa en alto: “Qué sueldos no
tendrán (o tendrían hasta no hace mucho en la televisión) para poder amasar una
fortuna que permita gastarte siete millonazos de euros en un edificio, y con lo
que ha bajado el tema inmobiliario, xD”.
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La verdad es que el programa (se emite de lunes a viernes de
21 a 21:30 horas) es para sonreír. Y si no, atención a algunos ejemplos de lo
que se puede llegar a decir en una cena de pareja con la intención de encontrar
la media naranja. Ella a él: “Me gustaría que me encantase leer pero empiezo y
me entra el sueño”. Él a ella: “Antes agobiaba a las chicas, ahora he estudiado
seducción por Internet”. Él a Él: “Estoy ensayando una sonrisa para que no me
salgan arrugas”.
Ahora, semanas después, leo que Sobera pidió un crédito para
poder adquirir el teatro. ¿Será a Cofidis?, esa empresa dedicada a los
micropréstamos a la que cede su imagen el también presentador televisivo Christian
Gálvez (su primer prescriptor famoso); ¿o quizás a T-Presta?, representada
publicitariamente con la imagen de Bertín
Osborne.No lo sé; pero, ¿se han dado cuenta de que los tres presentadores
comparten una gran sonrisa? Sí, ya. La satisfacción del trabajo bien hecho.
Claro.
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