martes, 10 de abril de 2018

El marketing directo molesto

La verdad es que no sé muy bien quién revisa el cumplimiento de ciertas resoluciones legislativas o quién penaliza su incumplimiento. Me refiero concretamente a dos. Una está fechada en septiembre de 2017, y hace referencia a la decisión del Congreso de prohibir las campañas de publicidad que utilicen como reclamo el eslogan ‘sin IVA’, por el mensaje negativo que los ‘padres de la patria’ creen que traslada implícitamente: “Si te puedes escaquear de pagar el IVA, mucho mejor”.  

Pues bien, yo sigo viendo anuncios en la tele, en Twitter y en las marquesinas de los autobuses blandiendo el mensaje “Aprovecha los días sin IVA”. A las marcas que lo publicitan (algunas muy importantes) parece no importarles la cosa ética del cómo interpretará la audiencia ese claim engañoso y hacen caso omiso a la decisión que, supuestamente, se tomó para evitar malos entendidos acerca del uso publicitario del impuesto sobre al valor añadido.

El otro incumplimiento viene de más lejos y me consta que es mucho más molesto. El pasado mes de enero de 2017 el marketing directo y sin escrúpulos se acotaba, a petición de Bruselas, con la intención de evitar la intromisión vía teléfono, SMS y correo electrónico. Según se decía cuando se hizo pública la noticia,  querían trasladarlo a los 28 países de la Unión Europea para que fuera efectivo, como tarde, el pasado mes de mayo.

La cuestión es que tales medidas no parecen haber servido para evitar llamadas telefónicas al fijo en horas intempestivas, indiscriminadas e imposibles de rechazar. En algunos casos, el ring ring comienza a las ocho de la mañana, parece que no va a parar nunca (dura varios minutos) y cuando descuelgas se corta la comunicación.

Sucede varias veces a lo largo del día y la razón de que no conteste nadie es que la llamada la efectúa una máquina; su intención no es vender nada (todavía), sino establecer los horarios en qué los usuarios atienden la llamada telefónica. No sé siquiera si este tipo de llamadas (sin nadie al otro lado del auricular) está regulada y tiene limitaciones (por ejemplo, las llamadas comerciales tienen que hacerse entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche).

Es de imaginar que el cuore del negocio de las compañías que están detrás de esta acción es confeccionar listas con números de teléfono y horarios en los que la gente está en casa y contesta. Una información por la que las empresas que pretenden vendernos sus productos o servicios pagarán una buena cantidad de dinero. El objetivo es optimizar el proceso de venta y perder el menor tiempo posible en la captación de nuevos clientes.

Luego están aquellas llamadas que nos asaltan a la hora de la comida, de la siesta o que interrumpen la cena entre las ocho y las nueve de la noche. Suelen ofrecerte servicios con operadores telefónicos y, aunque parezcan proceder de números telefónicos con prefijo español, muchas de esas comunicaciones se establecen desde allende de los mares (donde presumiblemente los salarios de quiénes nos llaman serán mucho más bajos). Los horarios serán más intempestivos en tanto en cuanto las llamadas coincidan con la parte inicial o final de las jornadas laborales de las ciudades de origen (localizadas en Sudamérica).

Si miras en Internet y buscas los números de teléfono desde los que te ‘acosan’, se comprueba que hay un montón de ciudadanos que ya se estaban quejando de esta circunstancia antes que tú. No se puede hacer nada para evitarlo. Ni apuntarse a las listas Robinson (estamos hablando de empresas sin ningún código ético que no van a participar voluntariamente de este recurso), ni colgar sin oír al interlocutor de turno, ni escucharle tranquilamente y pedirle, por favor, que respete nuestros derechos ARCO y nos saque de su base de datos.

Habrá que esperar a que alguien con el ingenio suficiente invente algún discriminador de llamadas entrantes (nuestro operador cobra por bloquear números en el fijo) que detecte esas comunicaciones indeseables, las ponga en espera indefinidamente (a ser posible con una música insoportable de fondo) y envíe automáticamente la información de las mismas al departamento correspondiente (oficina del consumidor, oficina de atención al usuario de telecomunicaciones, etcétera) para que les aperciban y multen, según corresponda. ¡Venga, ánimo, inventores!

1 comentario:

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo con este post, me parece muy bueno el hacer publico estrategias como estas, donde hacen del Marketing, una excelente herramienta mal utilizada... En esta era tan virtual podemos contar con diversos tipos de publicidad y muchas herramientas donde a través de una excelente Consultoría de Marketing podamos aplicarlas de manera adecuada sin necesidad del uso del blackhat, así podemos transformar el rumbo de nuestros negocios de forma muy positiva!

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