viernes, 4 de mayo de 2018

Solo un raro puede entender a otro raro

Ya no recuerdo, qué pena de memoria, si la serie ‘Bron’ (‘El Puente’, emitida por Netflix)  es danesa o sueca. Pero ese dato no es esencial para el argumento, el mío, no el de la serie. La protagonista de este thriller nórdico es una mujer, policía, con síndrome de Asperger, esa enfermedad que ha popularizado Sheldon Cooper, el extravagante físico dedicado a la investigación de la teoría de cuerdas de ‘Big Bang Theory’.

En la serie sueca o danesa, a saber, su prota aparece segura de sí, profesionalmente; pero quebrada personalmente. En el trabajo, el Asperger parece conferirle aplomo, una capacidad de análisis extraordinaria y una visión casi microscópica de los casos policiales. Le ayuda a destacar, pero lo hace a costa de la imagen y la impresión que transmite a sus compañeros de trabajo: odiosamente perfecta, intransigente y bastante aburrida.

Pero no tener emociones no significa no tener necesidades. La mujer policía acude a los típicos lugares de ligoteo suecos/daneses y se dirige directamente y sin dilación a algún hombre de su gusto para proponerle mantener sexo. Sin mediar conversación previa, sin cortejo alguno. Ella pone la casa, les dice cuáles son sus preferencias en la cama y pregunta por las de sus conquistas. Pero no siempre obtiene un sí por respuesta. Hay temas en los que el mensaje directo femenino está censurado y, cuando se produce, a todos asombra; y a algunos, incluso, les asusta.

A lo largo de la serie, la chica intenta aprender a sentir tal y como lo hacen quienes la rodean, pero no lo consigue. Por mucho que lea sobre conducta y socialización no es capaz de quitarse esa coraza robótica que la recubre y lo único que logra es frustrarse por no aceptarse como es o por intentar ser como los demás.

Por lo que la ficción nos ha transmitido, las personas con este síndrome son incapaces de ‘sentir’ como el resto y, por tanto, de relacionarse tal y como la gran mayoría entendemos qué debería ser socializarse. Para ellos, las relaciones emocionales son muy diferentes. La aparente ausencia de pasión, la imposibilidad de entender la ironía, las frases con doble sentido o percibir los mensajes del lenguaje no verbal, la inflexibilidad de pensamiento, la resistencia a aceptar el cambio y a obsesionarse por determinados temas son las principales normas de conducta de este trastorno del espectro autista.

La serie de la que hablamos muestra la casi nula capacidad de empatía de esta mujer con su entorno, incluso el más cercano, pero también nos deja ver cómo las personas que tiene a su alrededor apenas intentan comprender su manera de actuar y cuestionan su forma de ser, simplemente por ser diferente. Al final, los guionistas eligieron como compañero de trabajo televisivo a otro policía, masculino que, traumatizado por la muerte violenta de su familia, está acompañado de los fantasmas de su mujer e hijas y hasta habla con ellas. El mensaje, triste e insolidario: Solo un raro puede entender a otro raro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario