Ya es algo habitual que en nuestras pantallas, ya sean de tubo, plasma o LCD, aparezcan casi exclusivamente las caras, los discursos y los idearios del PSOE o del PP. El resto de fuerzas políticas tiene que resignarse al ostracismo mediático que les otorga el cuentagotas televisivo de nuestras televisiones privadas.
Al menos la última reforma de la Ley Electoral va a exigir que abran el espectro y obligarán a que las teles privadas ofrezcan sus platós al resto de fuerzas con representación parlamentaria. La Junta Electoral Central se encargará de controlar la proporcionalidad y neutralidad de las apariciones de los candidatos en los espacios de información, los debates y las entrevistas televisadas.
Las próximas elecciones autonómicas y municipales ya están a la vuelta de la esquina. Veremos si esa equidad mediática que pretenden garantizar se cumple y nos dejan ver y oír las caras y los planteamientos del resto de fuerzas políticas o, si no lo hacen, comprobar cómo y de qué forma actúa la Junta Electoral Central.
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