Detalla de la aplicación en la pantalla de un iPhone. |
Los usuarios de este programa podrán introducir diariamente sus pecados para hacer un seguimiento de los mismos e incluso tienen la posibilidad de personalizarlo -según edad, sexo o estado civil- para poder, según afirman sus creadores, "examinar en mayor detalle su conciencia e intentar entender mejor sus acciones". No obstante, al final aparece un mensaje en el que se aconseja visitar a un cura que les dé la absolución.
El interés de la Iglesia por las nuevas tecnologías no es nuevo. Ya en mayo de 2002 Juan Pablo II dedicó la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales por entero a Internet"; en 2007 el Vaticano estrenó su propio canal en Youtube, y. en 2009 creó una aplicación de Facebook que permite enviar postales virtuales al Papa.
El 24 de enero de 2011 Benedicto XVI en su discurso sobre el mundo de las comunicaciones recalcó la importancia de una presencia cristiana en el mundo digital y afirmó que la Iglesia no consideraba pecado utilizar redes sociales, al contrario, animó a los jóvenes católicos a compartir información "importante" en el mundo digital.
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