miércoles, 2 de marzo de 2011

Ministros y periodistas que copian

En estos últimos días se han dado sendas noticias sobre plagio, copia o transferencia literal de información sin citar la fuente, según se quiera recurrir a mayor o menor eufemismo. La primera de ellas hacía referencia a un periodista del diario "EL País". Al parecer un artículo firmado por un redactor de esa cabecera recogía las opiniones de una experta científica, palabra por palabra, sin hacer referencia expresa a la misma, con lo cual daba la impresión de que se trataba de información original y propia del profesional. Un lector lo detectó y lo comunicó al Defensor del lector.

La segunda ocurrió en el equipo de gobierno de Alemania. El ministro de defensa anunciaba su dimisión por no poder resistir la presíón de haber sido pillado in fraganti. ¿Su delito?: copió la tesis doctoral. Lo que no he logrado conocer es quién y cuándo se descubrió. ¿Fue su director de tesis?, ¿se produjo antes de defenderla ante el tribunal o después de nombrarle doctor? Lo digo porque, además de su puesto y sus responsabilidades como ministro, también estarían en entredicho las de su director y el tribunal ante el que presentó su tesis doctoral, si es que no fueron capaces de percatarse del intento de usurpación académica.

En ambos casos la duda que planea sobre ellos es si cabe exigir alguna responsabilidad más. ¿Cómo es posible que los superiores de ambos, del periodista y del aspirante a doctor, no se percataran del engaño? Un redactor jefe, que es el responsable más próximo al autor de una noticia, al tanto de las capacidades de sus redactores, debería saber hasta dónde llegan los conocimientos, la capacidad expresiva y la habilidad comunicativa de su equipo de redacción y detectar este tipo de casos.

Partiendo de que no es comprensible que un ministro de una superpotencia como Alemania disponga de tiempo para hacer su trabajo y desarrollar una tesis doctoral, el director de tesis del ministro también debería haber caído en la cuenta (si es que no lo hizo) de que su pupilo, como los niños, no progresaba adecuadamente. El trabajo de una tesis doctoral requiere de un seguimiento constante y profundo por parte del director, que va marcando las pautas y corrigiendo errores. Si la tesis prospera, hay corresponsabilidad por parte del director.

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